viernes, 5 de febrero de 2016

Detesto cuando pasa esto



Algunas temporadas no sabía si vendría, tal vez mandaría un mensaje o alguna señal para saber que aún me recordaba. Cada mañana al finalizar el jardín corría para deslizarme por una pequeñisima especie de rampa situada justo al lado del lugar donde estudiaba. Cuando llegaba al final de esa pequeña rampa me encontraba, casi siempre, con una margarita o tal vez una flor cualquier pero quiero pensar que son margaritas. Y cogía desde el tallo hasta los pétalos lentamente una por una derribando con ansias y esperando a que la última hoja fuese un sí me quiere. Pero más que pensar con tanta fe que fuese realidad pensaba en decirle que no podía ser nadie más que su amor, que cada parte de pequeña y grande de mi corazón, cada arteria, cada vena  todo simplemente todo funcionaba con una finalidad; vivir para ella. Tengo que deshojar todas las margaritas necesarias para que pueda ganar por mayoría de votos, es absurdo tengo que matar a todos los hombres del planeta y arrancarles el corazón si no le hace suficiente el mío. He venido a decirte que por tu amor soy capaz de dar mi vida entera, como dicen Los Zafiros. He venido por tu amor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario