martes, 7 de mayo de 2013

Un placer coincidir en esta vida

Día soleado, un parque y dos bancas. Como ya es usual te espero con el corazón en la mano. Te puedo amar con los  ojos, te veo a lo lejos y no dudo en sonreír. Esta mañana es de las que no se olvidan como el viento olvida al bosque en el que nació. Mi espera y tu tardanza agradecen tu presencia incluso tu no presencia para dedicarte mis pocos e inútiles pensamientos. Sonrisa amplia, piel cálida, y ángel que derrama sencillez.
Hoy estoy aquí esperando poder no aburrirte con mi amor callado. Debo confesar en dos tiempos que eres la razón de mi regreso. Eres el borde del cual soñé la vez pasada, el que me puede hacer todo o nada. Mi abismo sin fin y mi dolor finito. Eres incluso aún mis sueños de madrugada, mis sueños despierto y más importante acaso mi vida enamorada.

Líneas que describen lo que eres. Muertos mis detalles y sin poder hacer algún movimiento voy poco a poco pero muy rápido perdiendo la batalla. No tengo ahora más que mi corazón para entregarte, debo admitir que tiene heridas pero deseoso está de amarte. Sé que algún día me susurrarás que no fue mentira y que fue un placer coincidir en esta vida.

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