Como le decía, mi padre era veterinario y me llevaba
con él a visitar las vacas enfermas en su vieja furgoneta llena
de remedios, instrumentos quirúrgicos y jeringas enormes
para la cura de caballos, vacas y gallinas... Todo aquello
hacía clin clin al pasar el coche por los senderos de
guijarros puntiagudos, entre matas espinosas y ortigas picantes.
Clin clin, clin clin.
Un día podíamos visitar un enorme toro, padre de todas
las vacas del valle, y otro día una tierna novilla, de ojos
melancólicos, que tosía como una muchacha acatarrada, y
que mi padre ordenaba sacrificar porque no tenía cura. En
esa ocasión comprendí que nuestra vida y nuestra muerte
las administra Dios como si fuéramos ganado. Porque yo
entonces era un niño creyente y decía al despedirme de
Genia por la noche, temerosa y pálida –me refiero a la noche,
no a Genia, la criada–: «Hasta mañana, si Dios quiere.
» Y esa noche, después de que mi padre condenara a
muerte a la novilla de ojos pacíficos, me levanté de la
cama y fui hasta el cuarto de Genia, que se estaba desvistiendo,
y le pregunté: «¿Y si Dios no quiere?» Y ella contestó:
«¿Y si te pego una hostia por entrar sin llamar?»
La vida antes de marzo - Manuel Gutiérrez Aragón
Un blog, un vacío, una historia, un teatro, una lágrima. La mar acompaña mi soledad como si yo la acompañara la suya. https://www.facebook.com/ImagineRojo
miércoles, 16 de diciembre de 2015
viernes, 11 de diciembre de 2015
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Espera
- ¿Por qué sigues esperando si sabes no regresará?
- Sé que va a regresar. Pero no estaré para cuando lo haga.
- Estás loco.
- No mi amigo. La espero porque así se lo prometí. Y las promesas no se rompen. Ella dijo que regresaría y no dudo de su palabra. Solo le dije que esperaría mientras los peces me acompañen. Y parece que ellos ya se cansaron también de esperar. Ha sido una década regresando a este mismo lugar. Este mísero lugar, que no conoce de amor o desamor. Que sólo parece estar y nada más. Mi amigo, no he regresado cada día a este lugar, que se ha llevado consigo gran parte de mi vida, porque espero volver a verla. Sino porque quiero que sepa que la esperé mientras mi amor pudo. La esperé mientras la locura no hizo su trabajo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)