miércoles, 10 de septiembre de 2014

Libertad de engaño.

Elena: ¿vas a salir?
Juan: si.
Elena: ¿a donde?
Juan: ¿te importa?
Elena: claro que me importa. Es mi casa y nadie sale sin mi permiso.
Juan: si te importa tanto, ya no voy a salir.
Elena: vamos, Juan. No te digo que no salgas solamente quiero saber y así poder darte mi aprobación.
Juan: ¿no entiendes? Yo no busco tu aprobación.
Elena: entonces me parece bien que no salgas a ningún lado.
Juan: loca.
Elena: ¿qué dices?
Juan: lo que escuchaste. Eres una loca y estás reloca.
Elena: sabes que aquí el único loco eres tú.
Juan: entonces lo heredé de ti, loca de mierda.
Elena: esas cosas no se heredan.
Juan: pero como que no se heredan? Por supuesto que si. ¡Y qué bueno que no heredé nada más que la locura de ti eh! Mi padre si sabía como hacer las cosas. Eso heredé de él. Cordura. Si, ¿lo escuchaste bien, loca? Heredé su cordura. Loca de mierda.
Elena: Juan, no me hables así. 
Juan: ¿cómo pretendes que te hable? si lo único que haces todo el puto día es joderme la vida. Con tu estúpida idea que el mundo afuera de esta casa es muy peligroso para nosotros. 
Elena: si lo es. Es muy peligroso y ustedes aún no tienen edad para salir.
Juan: mamá, solo estamos tú y yo. No vive nadie más en esta casa. Ves la locura que he heredado de ti.
Elena: de mi no heredaste nada. 
Juan: claro que si. ¿No ves que estoy loco por ratos?
Elena:(gritando) no enredaste nada mío.
Juan: ¡claro que si!
Elena:(gritando) de mi no heredaste nada porque yo no soy tu madre.
Silencio.
Juan: ves que estás loca.
Elena: te recogí de un bote de basura hace 17 años. Yo sólo estaba pasando por el lugar y te escuché. Pensé que me llamabas y te vi. No dudé en salvarte. La noche estaba muy fría. Te lleve a mi casa y te desde entonces te he dado un hogar.
Juan: ¿un hogar? Eso si que sería salvarme. Tú me enjaulase como a un animal que necesita la jungla. Sería más libre si no me hubieses sacado de ese bote.
Silencio
Elena: si deseas puedes salir. Desde ahora en adelante no necesitas mi permiso. 
Juan no dice una palabra y se va alejando. Al salir por la puerta su figura se desvanece para perderse por siempre.