miércoles, 16 de diciembre de 2015

La vida antes de marzo.

Como le decía, mi padre era veterinario y me llevaba
con él a visitar las vacas enfermas en su vieja furgoneta llena
de remedios, instrumentos quirúrgicos y jeringas enormes
para la cura de caballos, vacas y gallinas... Todo aquello
hacía clin clin al pasar el coche por los senderos de
guijarros puntiagudos, entre matas espinosas y ortigas picantes.
Clin clin, clin clin.
Un día podíamos visitar un enorme toro, padre de todas
las vacas del valle, y otro día una tierna novilla, de ojos
melancólicos, que tosía como una muchacha acatarrada, y
que mi padre ordenaba sacrificar porque no tenía cura. En
esa ocasión comprendí que nuestra vida y nuestra muerte
las administra Dios como si fuéramos ganado. Porque yo
entonces era un niño creyente y decía al despedirme de
Genia por la noche, temerosa y pálida –me refiero a la noche,
no a Genia, la criada–: «Hasta mañana, si Dios quiere.
» Y esa noche, después de que mi padre condenara a
muerte a la novilla de ojos pacíficos, me levanté de la
cama y fui hasta el cuarto de Genia, que se estaba desvistiendo,
y le pregunté: «¿Y si Dios no quiere?» Y ella contestó:
«¿Y si te pego una hostia por entrar sin llamar?»

La vida antes de marzo - Manuel Gutiérrez Aragón

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Espera

- ¿Por qué sigues esperando si sabes no regresará? 
- Sé que va a regresar. Pero no estaré para cuando lo haga. 
- Estás loco. 
- No mi amigo. La espero porque así se lo prometí. Y las promesas no se rompen. Ella dijo que regresaría y no dudo de su palabra. Solo le dije que esperaría mientras los peces me acompañen. Y parece que ellos ya se cansaron también de esperar. Ha sido una década regresando a este mismo lugar. Este mísero lugar, que no conoce de amor o desamor. Que sólo parece estar y nada más. Mi amigo, no he regresado cada día a este lugar, que se ha llevado consigo gran parte de mi vida, porque espero volver a verla. Sino porque quiero que sepa que la esperé mientras mi amor pudo. La esperé mientras la locura no hizo su trabajo.

lunes, 10 de agosto de 2015

Mi juicio con K

Se encuentran dos personas en un juicio donde cada uno es su propio abogado y hay un juez que no se puede ver.
Uno es al que acusan de haber cometido el crimen.
Al frente, el muerto dispuesto a defenderse y hacer justicia de su propio asesinato.

Juez: estamos aquí reunidos para debatir y condenar el alma de este hombre, el acusado, en caso de ser sentenciado o del otro a regresar su alma y su cuerpo justo en el momento en el que fue asesinado, entonces sufrirá el mismo dolor cuando lo mataron, esto por hacernos perder el tiempo en este juicio.
El señor Kylo, el acusado...
Kylo interrumpe
Kylo: con K de kilo y Y griega, señor.
Juez: se dice e y griega.
Kylo: ¡Genial! Que bueno que lo sepa, no quiero tener que recordárselo.
Juez: su señoría para usted y todos los aquí presentes. Bueno vamos a dar inicio a la sesión.




domingo, 19 de julio de 2015

La tragedia, el éxtasis y lo sublime


Depende del viento para vivir. No es suficientemente poderoso para vivir sin ayuda de una fuerza mayor. Tal vez es que lo demás siempre van a ser más fuerte y no hay más opción que vivir en el intento de sobrevivir sin esa fuerza. Subordinado por la naturaleza, como Ricardo III nacido deforme pero con desbordantes ganas de un gran poder.

Todos se miran cada 2 minutos. Se buscan, no se hayan. Se mueren, no se miran. Nunca viene. He pasado 3 horas de mi vida día a día esperándola, no porque crea que va a volver sino porque creo que se va a enterar que estuve esperando. No siempre se vive feliz, en realidad la felicidad es un espacio de tiempo libre en mi vida. Llegar a la felicidad completa sería un error. Pero no un error humano. El ser humano sabe cometer errores.


-¿Dios existe? 
---Si.
-Yo creo que no. Yo no creo en dios.
---Pero todos debemos creer en algo. Sino nuestras vidas no tendrían sentido. ¿En quien te ampararías cuando te encuentres sin rumbo? ¿En quién más se puede creer que en Dios. Él es mi guía es lo que yo tengo para mis caídas y mis alegrías. Por favor, hermano cree en el algo. En lo que puedas confiar y encomendarte. 
-Si creo en algo y tengo religión.
---Dime
-Todo en lo que creo está aquí (señalándose el pecho) y mi religión es todo lo que ves frente a tus ojos. Mi ser. Yo soy mi razón de ser. Yo soy mi religión.

sábado, 11 de julio de 2015

Entremeses me estremeces

Mi amor no pide permiso ni tiempo
No pide comprensión ni admiración
No pide vivir una historia sin fin
Pide confianza para no abandonar nunca el hecho de amar y ser amado.

Mientras pensaba sobre cómo podría demostrar cada sensación que percibía, hallaba la necesidad de sentir más, de probar más como convirtiéndome en adicto a su presencia y lamentando su ausencia. Así pues, empecé con ella a construir un espacio que proteja, que caliente, que enfríe, que enamore. Una especie de carcaza de colores cambiantes de situaciones hermosas que en tiempo sufrirían desvaríos pero no nos alejaría. Recuerdo las primeras semanas y podría asimilarlo con escribir. Llega una idea y quieres estar descubriendo más sobre eso que interesa quiero decir empaparte de información, de amor. En un pequeño tiempo ver los pequeños y grandes errores, solucionarlo con dedicación y con valor para cambiar y adaptar. Luego madurar para que ese texto tenga un peso, un trasfondo, algo por que existir. Y para que la conexión sea fuerte que jamás se deba preguntar si aún existe el amor.

Quise escribir cuantos meses iban desde que decidimos caminar juntos tropezándonos por todos lados. Prefiero saber cómo no cuánto. No ha pasado mucho tiempo. No sé que tanto sea que podamos soportarnos el uno al otro. Quiero que al pasar una década o más pueda seguir sintiendo esas emociones del comienzo, aunque ahí no tendré que demostrar cómo me siento porque mi cuerpo, mi rostro y cada de espacio que descubrió, empapado de amor y de madurez, lo harán por mi.
Me siento brutalmente, pero no en demasía, completo y llenado hasta el ultimo espacio de mi corazón y de mi ser de amor por esta mujer, mi mujer.

Felices meses.

domingo, 5 de julio de 2015

Carne fresca

Al abrir este intento de carta te debes haber preguntado que es lo que quiero. Quiero tus pequeños desechos de herida que aun sé que quedan en tu corazón. Disculpa si mi lenguaje cáustico penetra tus sentimientos como un cuchillo afilado en los dientes de un tigre que en alma lleva odio y solo mana veneno. Es mi carne fresca para ti. No tengo más razón que el simple hecho del deseo carnal. Mi carta no te sorprenderá, sé que la estás esperando. No he pecado al escribirte. Sé que le estás haciendo el amor a alguien más mientras piensas en mi porque yo pienso en ti en todo momento. Pude casarme  como manda la ley de la vida, te extraño como nunca. Eres el agua bendita sobre mi cabello. Necesito sentir tu sudor y tu pudor sobre mis senos y decirte que sólo seré tuya mientras muerdo tus labios y tu sexo se une a mi sexo sin más sutileza. Duro hasta el fondo como lo sabes hacer. Necesito un poco de migaja de tu pan. Estaré en la Av. Armendáriz 345 4to piso del Worldier.

Karena,
                                                                                              tu fiel corazón.


A pesar que no sentía más amor, accedí a encontrarme con ella sólo por el hecho de ver su rostro mientras me desea con todas sus entrañas.

No podría reconocer amor al pensar en su nombre. Es todo lo contrario. Pienso de todos modos en deseo pero también en odio. No sé que es lo que estoy haciendo, porque tal vez la razón por la que lo he considerado verla nuevamente sea la una simple llama dentro de mi corazón. A pesar de todo la había amado con locura.


Karena, 

Recibí tu carta sin más gesto de ningún sentimiento, por lo que desmiento aquello que afirmas. No lo estaba esperando, pero tampoco es sorpresa. No deseo tus palabras ni tu cordura que parece debes haber olvidado en algún viaje de verano o tal vez en algún motel donde solías amarme en el cuerpo de alguien más. Te veré en el punto señalado, me dirás lo que tengas que decirme y me marcharé sin mas ni más. Probablemente no diré palabra. El silencio es para los que saben amar. Y el desprecio para los que saben dejar de hacerlo.

JR,
                                                                                                           Tu nada.


La vi en dos tiempo porque no quería que me viera con los golpecitos en el pecho. Amortigüe la mirada y empecé con la respiración profunda y el exhalo rápido. Tenía que poner en práctica los mese de terapia que de algo habían servido. Sentí correr un pequeño viento frío que aproximaba mi dedo índice y desbordaba en cada espacio de mi cuerpo. Solté un par de miradas a los lados, algo disimulado, según yo. No contengo odio, pero ella me hace sentir amor, deseo y odio al mismo tiempo. Saqué una pistola y le apunté en la cabeza ella no me vio. Quise apretar el gatillo, y las ganas de tenerla en mis brazos mordiéndome los labios se apoderaron una vez mas de mi consciente y de todo lo que había superado en muchos años.

Me mató.


jueves, 2 de julio de 2015

Eclipse Total - Christopher Hampton


--Y eso que no sabes de una de mis peores palizas, cuando se los hice a mis hermanos.
----No sabía que tenías hermanos
--Si. Como tú, sólo que los míos están muertos. Antes que yo naciera mi madre tuvo 3 abortos. Y yo era un muchacho, una vez entré al armario de mi madre, hasta entonces nunca me atreví a entrar. Lo primero que vi fueron 3 frascos llenos de alcohol con los 3 fetos adentro de cada uno.  Al principio pensé que eran aceitunas. Una vez llegué casi borracho. Ellos me miraban como burlándose y les dije que no lo hicieran que sí uno de ellos hubiera nacido yo no estaría aquí sufriendo y tendría paz como cada uno de ellos. Entonces rompí los 3 frascos, lo poco que recuerdo es que los fetos estaban regados en el piso y yo estaba bañado de alcohol poco antes de desmayarme. Cuando desperté todo estaba intacto cada uno de ellos de nuevo en sus frascos con alcohol. Mi madre no dijo una palabra.

martes, 5 de mayo de 2015

Bolognesi en Arica


Clase de historia del Perú poco ortodoxa. El teniente Vildoso tiene el deber moral de contarnos lo que sucedió el 7 de junio de 1880, pero esa es sólo la parte final. Bolognesi nunca pierde la esperanza, o al menos eso es lo que quiere pensar, y mucho menos perdería la dignidad.
Historia conocida dramatizada en un ambiente construido por cada persona sentada en su butaca. La historia nos lleva a los momentos exactos y claves de la derrota contra  la armada chilena. Siempre hay tiempo para ser un poquito héroes. Porque cuando el país necesitaba de hombres para luchar por nuestro territorio no fueron sino los hombres en Arica, abandonamos a su suerte, quienes pusieron huevos para no amilanarse ante un poderío que los superaba y por mucho en hombres y armas. No hay cosa más importante que luchar por tus ideales, y si no lo hiciéramos estamos condenados al fracaso; a que nuestros nombres se pierdan entre los que vivieron para que la vida se burlé en nuestros rostros amargados arrugados y llenos de arrepentimientos.
Mientras el mayor chileno pide una capitulación, una rendición, los coroneles peruanos en cuestión no dudan que su destino no es ganar la Batalla,  es pelear por la patria. "Y pelearemos hasta quemar nuestro último cartucho. Porque ellos no nos habrán ganado, sino nosotros habremos perdido."
La obra no pudo tener un cierre mejor. 
- "Coronel Bolognesi los chilenos están cada vez más cerca, ya no hay motivo de susurrar. -Bollgnesi: "Si los chilenos están cerca y nos tienen rodeados, pues que nos escuchen."
(Público de pie y actores reunidos en la parte central del escenario)
Somos libres 
Seámoslo siempre
Lo siempre 
Seámoslo siempre
Y antes niegue 
Sus luces 
Sus luces 
Sus luces
el Sol,
Que faltemos al voto solemne
Que la Patria al Eterno elevó.
Que faltemos al voto solemne
Que la Patria al Eterno elevó.
Aplauso final.

jueves, 8 de enero de 2015

Oscuridad para vivir II

Helen: ¿qué es eso?
Carlo: es algo que me dieron antes de venir aquí. Porque con esta marca me reconocerán cuando vuelva.
Helen: ¿cuando vuelvas a dónde?
Carlo: allá. Donde están todos.
Helen: ¿y aquí no hay nadie?
Carlo: quiero decir donde están todos viviendo.
Helen (sin comprender): aquí también vivimos.
Carlo (tratando de olvidar el tema): lo siento no me presenté. Soy Carlo pero me puedes decir como todos lo hacían: calo. 
Helen( aún espera respuesta ): Carlo, el mío es helen. 
Carlo: este no es lugar para chicas bonitas.
Helen: ya lo sé. Por eso estoy aquí.
Carlo: quise decir todo lo contra... (La mira y se queda en silencio) ¿esperas a alguien?
Helen: quizás. ¿Tú esperas a alguien?
Carlo: ¿cómo podría? Acabo de llegar.
Helen: No me di cuenta. Aún no me respondes. Y además ¿cómo vas a regresar? Yo no sé cómo vine. 
Carlo: pondré mis recuerdos sobre la mesa.
Helen: ¿cuál mesa?
Carlo: ésta.
Helen: cómo puedes ver si está todo oscuro.
Carlo: porque veo con el corazón.
Silencio.
Helen: yo quiero ver.
Carlo: entonces solo piensa en la mesa y la verás. Apúrate porque estoy adjuntando todos los recuerdos, que no son muchos.
Helen: espera. Creo que la puedo ver, incluso a ti. 
Carlo (algo confundido): genial. No creo estar seguro de donde estamos pero creo saber a donde vamos. Este no es para los vivos. Nosotros no estamos vivos.
Helen: ¿y entonces qué estamos?
Carlo (duda en decirle lo que cree): estamos... Quiero decir que somos...
Se escucha un ruido en la oscuridad. No se puede saber qué es. 
Helen: abrázame, tengo miedo.
Carlo: ¿dónde estás?
Helen: No lo sé.
Carlo: aquí te tengo.
Helen: no
Carlo: ¿cómo que no?
Helen: sigo sin sentir nada.
Carlo: que vas a sentir pues si estás muer...
Helen: ¿qué?
Voz nueva: suéltame oe.
Carlo suelta: ay ay ay.
Helen: ¿qué es?
Carlo: quien es, querrás decir.
Helen: y por qué es quien y no que. Como puedes estar seguro que sea quien.
Carlo: no lo sé. Solo lo supuse.
Helen (como hablando a la oscuridad): habla pues.
Voz nueva. Soy lo que soy.
Helen y Carlo al mismo tiempo: ¿ah? ¿pero qué eres?
Voz nueva: no sé. Sólo sé que soy.
Helen y Carlo: ¿Quien o qué?
Voz nueva: me aburren. Soy lo que soy no sé nada mas. Caí de poto.
Helen: ¿qué es eso?
Carlo se ríe: entonces eres una persona
Voz nueva: no te lo aseguro. Podría ser una botella.
Helen: no entiendo. ¿Eres una botella?
Carlo: no. Es lo que es.
Helen: ¿y qué es?
Voz nueva: lo que soy.
Carlo: lo que es.
Helen: ¿de donde vienes?
Carlo: ya te dije.
Helen: a ti no te preguntaba.
Voz nueva: vengo de allá.
Helen: ¿también?
Voz nueva ( enicionada ): ¿tú también? 
Helen: no. Yo no. Él sí.
Voz nueva: ¿quien?
Helen: ese al que estoy señalando.
Carlo: pero no me puede ver porque todo está oscu...
Helen: shhhhh. "Soy", cierra los ojos y lo verás. 
Voz nueva: pero ¿cuál es la diferencia? Además no tengo ojos.
Helen: sólo ciérralos.
Voz nueva: ríe a carcajadas. No lo vas creer eres hermosa. Y tú amiguito. Ya te veo. Entonces ¿tú también vienes de allá?
Carlo: ¿qué cosas están diciendo? ¿Me pueden ver? ¿Cómo soy?
Voz nueva: bueno siempre será un buen amigo.
Helen: eres como una fresa. Tienes color y pareces muy dulce. Pero creo que tienes algo de acidez por dentro.
Carlo; genial. Ahora soy un a fruta.
Voz nueva ríe
Helen: cállense los dos. Tú eres una botella y tú una fresa. Punto.
Carlo: yo veo nada. Todo está oscuro. 
Helen: cierra tus ojos.
Voz nueva ríe: pero si no tiene.
Helen: sólo ciérralos. No necesitas tenerlos. Sólo cerrarlos.
Carlo: esperen. Creo que puedo verlos.
Helen: si, ¿por qué estás llorando?
Carlo: no lo sé.
Helen: aún viéndolos. Necesito oscuridad para vivir.
Voz nueva: ¿vivir? Si estamos muertos.
Helen: ¿y eso nos impide vivir?
Voz nueva; no lo sé
Carlo: supongo que no, ¿verdad?
Voz nueva( con entusiasmo): pues yo creo que no.
A lo lejos se escucha la voz: ya está saliendo, creo que ya quiere ver nuestro mundo. Bienvenida. 
Carlo: ¿qué está pasando?
Voz nueva: ¿no te das cuenta?
Carlo: ¿darme cuenta de qué? ¡Helen!
Voz nueva: ella no es como nosotros.
Carlo: cómo que no es como noso...
Silencio.
Helen: gracias por la compañía, amigos. Los veré una vez más algún día.

Se escucha el llanto de un bebe.
Carlo y voz nueva: adiós helen, y bienvenida al mundo de los vivos.

Voz nueva: tal vez haya un lugar a donde se van las almas al morir. Y donde están las que aún no nacen. Creo que en cualquier caso sólo existe un lugar para eso. Estamos aquí.

domingo, 4 de enero de 2015

Pulso, silencio.

Sala de la casa de la familia en cuestión. Padre está sentado con un periódico a la mano. La tv está encendida, con silenciador encendido, pese a que nadie la mira. La radio también está prendida y se escuchan canciones antiguas. Hijo entra a la sala. Se detiene justo detrás de padre. Hace el gesto de querer hablarle pero no se atreve. Va hacia la puerta con un ademán que va a salir. Hijo vuelve y llama a padre.


Hijo: papá, soy gay.
Papá está leyendo el diario mientras escucha en la radio canciones de los 80's. Parece que no lo escucha.
Hijo: papá, soy gay.
Papá: (mientras lee) yo también.
Hijo: ¿papá, me puedes escuchar?
Papá: eso hago.
Hijo: pero poner atención 
Papá: entonces di algo que me interese.
Hijo: esto es imposible. No debí haberle hecho caso a mi maestra. Esto no nos lleva a ningún sitio.
Papá: a mi me hace gracia. Es divertido.

Hijo se enfurece pero papá ni se inmuta. Llega mamá del centro comercial.

Mamá: ay, mis dos amores están conversando. (Demasiado feliz) ¿De qué? ¿De la vida? Ay eso me encanta. Bueno voy a dejar estas cositas en mi cuarto.

Lleva las bolsas grandes.

Hijo: ya terminamos.
Papá: espera, dijiste que eres gay?
Hijo: ya es tarde, papá.
Papá: dijiste o no que eres gay?
Hijo: ya no interesa.
Papá: carajo.
Hijo: soy gay ¿y qué? Dijiste que no te interesaba.
Papá: mi hijo un marica. Puta madre.Aparece la madre.
Mamá: ¿ya le contaste que tienes novia? Hijo, debes ser muy honesto con tu padre porque así te dirá que no debes hacer para echar a perder a tu enamoradita.
Hijo: mamá no tengo flaca. Y no estamos hablando de eso.
Papá: tu hijo es un marica.
Mamá: ay, por diosito. No digas esas cosas, amor. Pero que ocurrencia. Ya tiene su primera pelea con su enamoradita y le está pidiendo consejos a su papi. (Le coge los cachetes a su hijo) pero que cosita más bonita. 
Papá: me importa un carajo tu vida.
Hijo: no tienes que decirlo, porque ya lo sé. 
Mamá: ya basta. Mis dos cositas de goma no pueden estar peleando. Voy a la cocina a preparar su plato preferido. 
Hijo: mamá, hoy no por favor. No tengo ganas de plátano y huevos.
Papá: ¿ves? de tanto plátano y huevo que le das ya lo volviste maricón.
Hijo: deja de hablar estupideces.
Mamá: entonces freiré unos chorizos para todos.
Papá: y dale con la burra al trigo. Aunque claro a tu hijo le va a encantar ese plato.
Hijo: (incómodo) Me largo.
Mamá: hijito pero traes a tu enamoradita para que pruebe la especialidad de nuestra casa.
Hijo: jamás traeré a alguien a que pruebe eso.
Mamá: pero hijo, tus enamoradas van a tener que probar todo porque somos una familia bonita, (al marido) ¿no corazón?

Papá está algo incómodo con la situación y no quiere hacer sentir mal a mamá. Cambia de humor de repente

Papá: es verdad, hijo. No queremos hace ningún desaire a nuestras visitas.
Hijo enfurecido pero con un tono de lastima y con rabia a punto de explotar.
Hijo: ¿un desaire? Que sabes tú de moralidad? Qué sabes tú de desaires o de hacer lo correcto. Si cuando tu único hijo coge sus huevos se lo pone bien ahí debajo del obligo y decide con la mayor pena del mundo, pero decidido a enfrentar sus miedos(sube el tono de su voz) a confiar en papá, aquel papá que de niño lo cargaba en sus hombros y lo llevaba al estadio y gritaban lisuras y groserías. A poner su amor y todo sus sentimientos a carne viva frente a la persona que él respeta más en este mundo. Y este lo recibe con un puñete del tamaño del odio que hay en su corazón, derribándole y dejándole sin palabras de aliento sin moral y con las ganas de no seguir siendo un maricón por un puto día de su vida para complacerte a ti y a mamá. Termina gritando y llorando.
(Más calmado) papá, soy tu hijo, no me reconoces? No soy un extraño mi el maricón que se para en una esquina con una cartera. Sigo siendo el pequeño con el que jugabas y le decías que será un gran hombre el mejor que hayas conocido. Ese soy yo. Porque todos los días pienso en ser una gran persona para ti, para ser feliz.

Papá está mirando a hijo. Luce triste algo desencajado.

Papá: hijo, no te vayas. Lo siento. La noticia me ha conmocionado un poco. Tú eres mi único hijo. No supe como reaccionar a la noticia. Cuando te tuve en mis manos y tus ojitos cerrados pedían alguien que lo proteja. Me sentí el ser humano más feliz de este planeta. Tus manos apretaban mi dedo meñique y yo no paraba de llorar.

Hijo mira a padre por unos segundos y camina hacia la puerta. 
Padre mira fijamente a hijo mientras madre no sabe a quien mirar.
Hijo coge y saca algo de su bolsillo, no se distingue pero luce como una pistola. Se la pone en la cien.

Hijo: siempre seré tu gran varón.

Pero un segundo antes de que hijo se dispare se escucha un disparo. Madre cae al piso. Padre se desespera. Corre hacia madre.

Madre: perdóneme por no haber cumplido la promesa que te hice en el altar de tener una gran familia.

Madre deja de respirar. Padre voltea la mirada hacia hijo.

Padre: baja la pistola, hijo. Todo se va a solucionar. No quiero perder a la única familia que me queda. Se apagan las luces y cuando está todo oscuro se escucha un disparo.

Padre está parado frente al público. Hay sangre en su cabeza y cuerpo. Sólo hay una luz que alumbra desde arriba hacia él.
Padre: no puedo perder a mi familia. No ahora. Ni nunca. No pude hacer nada más que disparar y vivir en el recuerdo e ir junto a mi esposa.
Madre: quise ser el alma de la familia, nada sucedió como siempre sucedía, mis alegrías eran sus penas y así la familia se estaba matando poco a poco, como si una bala se acercaba a la cien de la familia cada vez más y más.
Hijo: pensé que lo peor era darme un tiro, aunque siempre quise nunca tuve los huevos, porque se me fueron al intentar hablarle a mi padre. El dolor más profundo no es matarse, es no tener a nadie en quien poner tu cabeza y escuchar que todo estará bien. Que no hace falta ser lo que pretenden que seas sino que seas lo que quieres ser para ser feliz.

Sólo están alumbrado de arriba hacia abajo las tres personas mientras se van. Apagando lentamente.