lunes, 22 de agosto de 2016

Su manera, más ridícula, de bailar.

Estuve pensando en lo que vendría después de años de haberla conocido. De habernos mirado frente a frente hasta los huesos, hasta que el alma no tuviera un espacio de sombra. Hasta haber perdido el sentido de vernos unos minutos. Sin tener una lógica razón, llegó. Llegó desde un punto que no podíamos ver en nuestro espacio cuadrado que se iba haciendo triángulo y parecía aplastarnos a los dos que estábamos pensando que el centro era el mejor lugar.

No pude encontrar mejor silueta de la que me brindaba la noche para verla desde el otro lado, fuera de mí, desde el lado que aún no conocía. Ese que se llevaba sus risas incontrolables con mucha mayor frecuencia, sus bailes espontáneos llenos de fuerza, de sensualidad reprimida, y momentos gloriosos que también aparecían como un tanto desconocido.


Habíamos creado un pequeño temor a ser aceptados en nuestra más ridícula manera de bailar, y en la más sensual. Hubo algo que me hizo verla con la ternura y pasividad que siempre ha merecido. Hubo un momento del que nunca había sido partícipe; de su pequeño momento de ser solo ella. Ese momento que cada uno guarda para muy dentro de nosotros mismos. Tuve la sensación de haber visto un poco, sólo la más pequeña de todo lo que ella guardaba. La vi saltar como si no hubiese gravedad. Cantar como si el concierto estuviese a pocos centímetros de nuestros ojos y reír y saltar una vez más.  Así he podido darme cuenta que aún con lo que la conozco no me basta. Qué nunca terminaré porque siempre irá creando nuevas cosas para que yo las pueda descubrir, y que cada vez que lo descubra me enamorará una vez más con su forma de personarse ante mis sentidos. 

lunes, 20 de junio de 2016

Pueblerino




Cuando tenía 11 años buscaba, con mi pelota en la mano, a mis a amigos en sus barrios para jugar fútbol o para ir a la playa, lo hacía con más frecuencia en verano. Creía que podría ser jugador de fútbol profesional, aunque poco a poco hallé la razón para no serlo. Nadie creía en mi ni en mis potenciales (aún entonces no sabía que sólo necesitaba que yo lo crea). Dibujaba a menudo y me gustaba retratar una casa construida como un buque al borde del mar justo al lado de una isla. Escribía historia de hormigas que se querían apoderar de mi pueblo peleando en los cerros. Así empecé a creer que podía escribir. 
En mis ratos libres quiero regresar a mis 9 o 10 años en los que sólo era importante encontrarme con amigos en los parques de mi pueblo o en las Ninfas, una pequeña playa con la forma de una piscina grande. No es fácil aceptar que he perdido. Sobretodo cuando nadie lo sabe más que tú y tratas de ocultarlo diciendo que ya estás seguro de lo que vas a hacer. Desearía volver a ser un niño de pueblo y con grandes ilusiones de ser futbolista, aunque malo pero futbolista al fin. Quizás escritor.

martes, 14 de junio de 2016

Vuelo

De repente dejó la voz delegada la cara redonda, dejó de jugar con sus muñecos. Nos dejó en claro que nos preocupáramos de nuestros quehaceres y lo dejáramos enrolado en su vida nueva, en su visión de juventud. Que en su camino no había espacio para todos nosotros.

Supongo que también piensa en la vida y en lo que significa tener que vivir una. Dejamos de hablar a cada día y las palabras se convirtieron en letras en un papel. En cartas de no más de 5 líneas. Hasta que las letras se convirtieron ausencia. Esperaba al menos unas 5 líneas.
Nunca entendí cuando dejamos de ser quienes éramos para convertirnos en lo que queríamos ser por separado. Hasta qué las letras y postales se convirtieron en una última llamada, y con eso, sólo visitas, sólo flores. 

viernes, 6 de mayo de 2016

Es no tener alma.

Mantengo un placer sobre mis lecturas e infinito sabor por lo real y creíble, lo humano plasmando en letras. Siento qué caí en el limbo, y no hay un ser del futuro que venga a hacérmelo saber. Volveré viejo en dos minutos y sigo contestando llamadas y escribiendo poco sigo muriendo en lo que amo. No con letras o botones gestionados por personas que no conozco. Sin respirar. Mi cuerpo se acostumbró a esta en el limbo. A conseguir verdades poco creíbles a conformarse con un poco de felicidad. Le doy vueltas pensando en una pregunta sobre el alma leído en otro blog. Me pregunto si no es más que algo que le sucede a todos. No. Es no tener alma.

jueves, 17 de marzo de 2016

Mi instinto detrás del suyo.

Aún recuerdo ese instante. Te miré a los ojos sin espera de nada. Entonces, me miraste también y me preguntaste. ¿Comerás esas papas? Luego sonreímos. Asumí que debía hacerte feliz cada día que me quedase de vida, para sorpresa mía era tiempo de partir. Sólo hubo tiempo  para guardar ese momento muy al fondo de mi corazón como el mar guarda sus recuerdos en el muy hondo.


Te buscaba sin tanto mérito. Me dijiste espérame  y así lo hice. Las papas no me devolvieron la vida aunque esperaba que así  lo hiciese. Pero la casualidad no era suerte, era puro instinto. Tuyo y mío. Sabía que seguirte y seguirte por mucho tiempo no haría que voltees, lo sabía pero aun así quise engañarme y esperar qué sientas mi instinto detrás del tuyo una vez más. Que aceptes mis papas fritas y las comas mirándome. 

viernes, 5 de febrero de 2016

Detesto cuando pasa esto



Algunas temporadas no sabía si vendría, tal vez mandaría un mensaje o alguna señal para saber que aún me recordaba. Cada mañana al finalizar el jardín corría para deslizarme por una pequeñisima especie de rampa situada justo al lado del lugar donde estudiaba. Cuando llegaba al final de esa pequeña rampa me encontraba, casi siempre, con una margarita o tal vez una flor cualquier pero quiero pensar que son margaritas. Y cogía desde el tallo hasta los pétalos lentamente una por una derribando con ansias y esperando a que la última hoja fuese un sí me quiere. Pero más que pensar con tanta fe que fuese realidad pensaba en decirle que no podía ser nadie más que su amor, que cada parte de pequeña y grande de mi corazón, cada arteria, cada vena  todo simplemente todo funcionaba con una finalidad; vivir para ella. Tengo que deshojar todas las margaritas necesarias para que pueda ganar por mayoría de votos, es absurdo tengo que matar a todos los hombres del planeta y arrancarles el corazón si no le hace suficiente el mío. He venido a decirte que por tu amor soy capaz de dar mi vida entera, como dicen Los Zafiros. He venido por tu amor.